El Autocontrol
Para continuar con el autocontrol, pasamos a hablar del por qué de la falta de voluntad o del autocontrol y sobre algunas técnicas que se pueden utilizar para poder reforzar el autocontrol.
La falta de fuerza de voluntad o de autocontrol es algo que se da debido o bien a factores externos (el entorno personal) o factores internos personales de los cuales es difícil deshacerse. Las razones más comunes, exceptuando las drogas, el alcohol o sentimientos llevados al extremo son:
1. Falta de convicción.
Si no estamos seguros de nuestra convicción de realizar una acción en más probable que no la realicemos debido a la disminución de expectativas causada por la inseguridad provocada de las dudas que se pueden producir debido a:
- Valorar beneficios y consecuencias de la acción si esta sale bien o mal, pensando que si sale mal podría traer más problemas que beneficios si sale bien.
- Valorar la capacidad personal o de los recursos que se poseen para llevar a cabo la acción.
Otro inconveniente que surge a partir de la duda es que, debido a esta, una persona es más vulnerable a la persuasión, seducción y sugestión con intenciones de manipular sus emociones y comportamientos, siendo así más maleable para los agentes sociales, por lo que para evitar esto tenemos que estar seguros de que la decisión que tomemos es la correcta, ya que a una persona segura no se la controla con tanta facilidad.
2. Falta de motivación suficiente.
Cuando la acción que elegimos llevar a cabo supone un gran beneficio o satisfacción se da lugar a la ilusión de realizar dicha acción, esto es lo que nos aporta la motivación para realizarla, pero cuando pensamos que los perjuicios o dificultades (sean reales o no) superan dichos beneficios caemos en la falta de motivación, ganas y energía para completar o iniciar la acción, acarreando así malos pensamientos y sentimientos, llegando al punto del autoengaño para no dar comienzo a la acción.
3. Conflicto entre razón y emoción.
Muchas de las decisiones que tomamos tienen una influencia sentimental, tanto positiva como negativa, por lo que la lucha interna entre estos sentimientos y la razón que nos guía para tomar la decisión que creemos correcta puede llegar a cambiar la voluntad de la persona.
Este sentimiento de malestar producido por dicho conflicto interno puede conducir a un cambio de creencias con la intención de disminuir dicho sentimiento, llegando al punto nuevamente del autoengaño.
Una vez conocidas algunas de las causas que producen la falta de voluntad y autocontrol, podemos pasar a explicar algunas técnicas que nos ayuden a reforzarlas o a conseguir más de estas virtudes.
Lo primero para entrenar nuestra fuerza de voluntad es saber en que momento del proceso de formación es en el que somos más propensos al cambio: en la falta de convicción, en la formación de la intención, en la falta de impulso o en la falta de gestión de sentimientos que dominan la voluntad. Una vez identificada esa “debilidad”, podemos dar paso a diferentes técnicas que nos ayudan a reforzarla, algunas de estas técnicas son:
1. Creer en la decisión.
Debemos pensar que la decisión que hemos escogido es la correcta y la mejor opción que se podía, habiendo tenido en cuenta anteriormente la calidad de la información que tenemos sobre el estímulo y nuestra acción, los recursos con lo que contamos y realizar una valoración de las consecuencias que trae la acción.
2. Automotivación.
Otra buena técnica para aumentar el autocontrol es la obtención de energía y ganas suficientes gracias a prestar total atención al aspecto positivo que se puede conseguir hasta conseguir eliminar los sentimientos y las sensaciones que nos impiden iniciar la acción.
Otra forma de conseguir esto es reflexionar sobre si hemos pensado en todos los beneficios de nuestra decisión o solo nos hemos centrados en una parte de ellos.
3. Práctica de la concentración.
Con esta técnica se busca el aumento de la capacidad de atención con la técnica del mindfulness, es decir, evitar todo tipo de distracciones centrándote en una imagen mental, aumentando así nuestra capacidad de centrar nuestra mente.
4. Sistema de premios.
Otra técnica de autocontrol es la típica técnica conductista del sistema de premios, en esta ocasión otorgándonos las recompensas a nosotros mismos debido a un logro obtenido gracias al esfuerzo realizado para llevar a cabo nuestra decisión, obteniendo así no solo el placer o bienestar de haber realizado la acción decidida, sino también la del premio que nos ha sido “otorgado” por ello.
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