miércoles, 25 de mayo de 2022

La Autoconciencia y la Autorregulación.

La Autoconciencia y la Autorregulación.


Para que se dé lugar a la inteligencia emocional, se debe hablar de dos procesos fundamentales que intervienen en ella, la autoconciencia emocional y la autorregulación emocional. Estas se podrían considerar el punto de partida de la inteligencia emocional debido a que si ambos procesos no se producen, no se inicia el proceso que nos lleva a conseguir esta inteligencia deseada. En primer lugar, definamos que son estos procesos y cómo se pueden desarrollar.

¿Qué es la autoconciencia?

La autoconciencia, según Goleman (1998), es la capacidad de reconocer las emociones propias, sensaciones, estados y recursos internos. La definición que nos da el autor no es más que el propio análisis de la palabra, auto, de propio, y conciencia, de conocimiento.

Pero una forma de entender esto mejor podría ser explicando que, para que la IE (inteligencia emocional) tenga lugar, es necesario que antes nos demos cuenta de lo que sentimos o pensamos, por lo que debemos mirar dentro de nosotros mismos y percatarnos de “lo que tenemos en el interior”, ser conocedores de nuestros propios conocimientos, emociones y pensamientos para avanzar en el proceso para conseguir nuestra IE.

Una vez hayamos conocido nuestros pensamientos, debemos pasar al siguiente paso, el saber controlar y regular aquello de lo que hemos sido capaces de concienciarnos, por lo que entra en juego la autorregulación, pero…

¿Qué es la autorregulación?

La autorregulación se puede definir como una capacidad la cual nos permite dirigir, controlar y manejar las emociones y los sentimientos de forma eficaz, evitando que actuemos de forma inadecuada ante cualquier situación, tanto de sentimientos negativos como positivos, haciendo que seamos conscientes de nuestro estado, pero conservando nuestro razonamiento, lo que nos permite actuar de forma adecuada y acorde con nuestros valores. 

Esta definición, influenciada por Fox y Calkins (2003), es una forma más compleja de explicar que la autorregulación consiste en el control sobre los sentimientos, sin que estos sean reprimidos, es decir, actuar de cierta manera, aunque ésta no se corresponda con nuestro pensamiento interior, sin dejar que éste pensamiento se esfume, por lo que en momentos de ira o inmensa alegría, actuamos de forma que no nos dominan los sentimientos, sino que somos nosotros los que los dominamos a ellos.

Una vez definidos ambos conceptos, podemos pasar a cómo desarrollarlos con la intención de conseguir nuestro objetivo, la IE.

Para entrenar nuestra capacidad de autoconciencia podemos realizar varios ejercicios, entre los cuales podemos encontrar:

  • Psicoeducación: conocer teóricamente acerca de las emociones (¿qué son?, ¿para qué sirven?, etc).

  • Autoobservación: observarnos a nosotros mismos para comprobar en qué lugares nos surgen las emociones y qué emociones nos surgen.

  • Etiquetar nuestras emociones: para este ejercicio es necesario tener cierto conocimiento sobre las emociones, ya que debemos ponerle un nombre o etiqueta a aquello que sentimos en ciertos periodos de tiempo, lo que hará que seamos conscientes de nuestras emociones en esos periodos de tiempo.

  • Planteamiento de situaciones hipotéticas: podemos realizar un ejercicio en el cual planteamos un escenario ficticio en el cual debemos imaginar una situación que despierte sentimientos en nosotros y de igual manera, imaginar cómo nos sentiríamos en esa situación y cuál sería nuestra reacción.

Una vez desarrollada la autoconciencia, debemos pasar a ejercitar nuestra autorregulación, de igual manera, realizando ejercicios que nos permitan hacer de nuestra autorregulación más poderosa.

  • Suprimir el pensamiento: aunque anteriormente se ha dicho que la autorregulación no consiste en suprimir el sentimiento o el pensamiento, para principiantes es una buena manera de aliviarse, pero esto no es efectivo a largo plazo, por lo que debemos desarrollar otros métodos para manejar nuestras emociones. Este método consiste en distraer la mente para que el pensamiento o sentimiento negativo se disperse durante un corto periodo de tiempo, ya sea escuchando música o viendo películas o series de televisión.

  • Reconsideración emocional: este método consiste en cambiar nuestra interpretación de una situación vivida con la intención de modificar el impacto sentimental que nos provoca. Por decirlo de una manera más popular, es mirar el lado bueno de una situación.

  • Distanciamiento racional: esta técnica se basa en la separación del sentimiento, emoción o pensamiento de lo racional, actuando de cierta manera en la cual se le otorga menos importancia a la situación acontecida que nos altera, reduciendo su impacto sobre nosotros, lo que es comúnmente conocido como dejar estar el problema o pasar de él. Es la forma más complicada de obtener autorregulación, pero también la más efectiva.

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