Comunicarse con aquellas personas que conozcas, y que restringas a ella el acceso a tu información personal.
No aceptes invitaciones por Internet de personas desconocidas o bloquea el acceso a aquellas que no te interesen.
Ten cuidado con los mensajes, fotografías, videos o información personal, que publiques y con quién la compartas, ya que podría ser utilizada por terceros en tu contra. Si empiezas a recibir mensajes insultantes, corta toda comunicación con esa persona, e informa de ello a la autoridad competente.
Guarda los mensajes inadecuados para poderlos poner a disposición de la autoridad competente para que actúe si así lo considera oportuno.
Igualmente, si ves que es otra persona o compañero el que está sufriendo el ciberacoso no participes de él ni cierres los ojos, avisa a tus padres o profesores para frenar el sufrimiento.
No te fíes de los regalos o propuestas sospechosas de desconocidos, ni conciertes citas con desconocidos.
No le sigas el juego al acosador. Si te sientes presionado o insultado por alguien no devuelvas el golpe o le insultes tú, porque sólo conseguirás alargar el acoso o hacerlo más violento aún.
Trata con personas que puedan estar preparadas, ya sea por su edad o por su profesión sobre el asunto, para que te den indicaciones claras sobre los pasos a seguir para frenar el ciberacoso.
Sigue las orientaciones recibidas por ese experto, y suprime de tu red de contactos a quien no te interese mantener.
También puede ser útil informar a los proveedores de servicios a través de los cuales se haya sufrido el ciberbullying de las actuaciones o mensajes inadecuados, para que veten dichos contenidos o al usuario acosador si lo consideran oportuno.
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